¿Qué es un implante?
Un implante es un tornillo, el material es titania puro y se somete a una seria de tratamientos para que se adhiera al hueso, un proceso llamado óseointegración. Este material está sometido a los más intensivos controles sanitarios ya que va a ser implantado en el cuerpo humano y es totalmente biocompatible.
Esta pieza de alta precisión, diseñada para resistir fuerzas muy considerables, como las realizadas por los maxilares en el proceso de masticación y que debe reunir unas condiciones de mecanización perfectas en cuanto al ajuste de su cabeza con las piezas protésicas que deben colocarse sobre él, de manera que no exista ningún tipo de holgura entre ellas.
Es muy importante trabajar con implantes de alta calidad.
En Clínica Dental Silva sólo trabajamos con los mejores, implantes Straumann, son los líderes mundiales en Odontología implantológica, restauradora y regenerativa.
Diferentes tipos y tamaños de implantes
Existen multitud de tipos de implantes en el mercado.
En cuanto al material podemos distinguirlos en implantes de titanio de superficie lisa o de superficie rugosa, según el tipo de tratamiento de superficie que hayan recibido.
En un principio todos los implantes eran de tipo liso pero en la actualidad hay estudios que demuestran la mayor rapidez y calidad de oseointegración del implante de tipo rugoso.
En cuanto al mecanismo antirrotatorio se dividen básicamente en implantes de hexágono interno, de hexágono externo.
En un principio fue más común la utilización de sistemas de hexágono externo, sin embargo en la implantología actual la técnica más recomendable es la combinación del hexágono interno y el cono, que nos ofrece la capacidad de bloqueo por fricción, que permite realizar una prótesis más estable en el tiempo y nos brinda más posibilidades estéticas en la rehabilitación protésica.
En cuanto a su diseño hay implantes autorroscantes e implantes que no lo son. El diseño autorroscante ofrece una mayor estabilidad primaria y facilidad de colocación y reduce considerablemente la posibilidad de recalentamiento del hueso durante la cirugía. Estos implantes tienen un menor índice de fracasos según los estudios realizados. Los primeros implantes no eran autorroscantes, sin embargo la evolución de las casas fabricantes ha desarrollado cada vez diseños más autorroscantes.
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